Conocimos a estos dos en nuestra residencia de invierno, el Castillo Wolfeinstein. Parecía que nada nos esperaba. Como siempre, una chica estaba timida e inactiva. Como siempre, un chico tenía tantas ganas de follarla que literalmente se abalanzó sobre sus panties. Todo parecía aburrido, pero sólo hasta que la chica comenzó a tomar el control. Ella quería ser pasiva, tanto que se convirtió en una verdadera Führer, dando órdenes por todos lados! Fué tan maravilloso verla así que nos olvidamos por completo de su novio...