Esta pareja de turistas en la parada del autobús nocturno parecían dos cachorros abandonados. A la esposa no ¿le gustaba lo desconocido y el marido no quería gastar dinero. El cobarde y el tacaño... ni siquiera son personas, son sólo personajes. Sabemos exactamente cómo manejarlos. ¡Seríamos grandes domadores de personas! Al marido le ofrecimos alojamiento, golosinas y sexo gratis. A la esposa la sobornamos con promesas de nuevas emociones y experiencias inolvidables. En cuanto a esta última, podemos asegurar que no se arrepintió de la elección que tomó. El marido tuvo menos suerte y probablemente ya te habrás dado cuenta de por qué. ¡Pero al menos estaba caliente!